
Lo que nos ocurre en la vida impacta en el cuerpo de una forma muy física, su reflejo puede verse en la postura y la manera de efectuar ciertos movimientos, también en cómo respondemos ante ciertas situaciones. El cuerpo habla aunque no nos demos cuenta, su lenguaje se traduce en mensajes inconscientes que pueden ser entendidos si aprendemos a escucharlos.
Cada vez está recibiendo más importancia la presencia del cuerpo ya que se está viendo como repercute su cuidado y conocimiento en la manera de relacionarnos con nosotras mismas y con el entorno, con las emociones, con la salud en general. Parte del cambio de conciencia viene dado por la adquisición de nuevos hábitos orientados a darle espacio, movimiento y cuidados más allá de lo estético, sería como ir al origen y darle al cuerpo la soberanía y el lugar que le corresponde para su equilibrio y bienestar. Aun así queda mucho por hacer y con este post os invito a reflexionar y evaluar cuál es vuestro nivel de escucha corporal.
VEMOS LAS COSAS, NO COMO SON, SINO COMO SOMOS NOSOTROS.
Immanuel Kant
Esta frase del filósofo y científico Kant me ayuda a compartiros la lectura que, a nivel profesional, doy a la importancia del cuerpo en el trabajo que desarrollo. A diario en consulta veo a muchas personas que sienten desconexión de su cuerpo, no dándole su espacio, exigiéndole resultados, culpándole y castigándole al mismo tiempo que esperan bienestar, placer y gozo. Haciendo alusión a Kant, al ver el mundo como nosotros somos y no tanto como es, estamos observando la vida desconectados del cuerpo, con incoherencias, perdiéndonos la riqueza de la experiencia humana y la oportunidad de conocer nuestra mejor versión.
Soberanía del cuerpo es una reflexión desde mi experiencia profesional y personal en la que profundizaremos en cómo recuperar la sabiduría del cuerpo como parte fundamental de la vida.
La sabiduría del cuerpo y su transformación se dan cada día a través de pequeños gestos, tu cuerpo habla y te guía, pero no es común escucharle y atenderle, mucho menos brindarle autocuidados como parte de tus hábitos cotidianos.
EN OCASIONES PARECE COMO QUE TRATAMOS DE CONTROLAR EL CUERPO MÁS QUE DE CUIDARLO.
En mi trabajo final de Máster en sexología, investigué sobre la importancia de reconquistar el territorio perdido del CUERPO a través de la atención plena y la consciencia corporal, como elementos de vital importancia desde un enfoque somático y cognitivo para mujeres que habían sufrido abuso sexual y estrés postraumático. Defendía como el cuerpo refleja lo que sucede internamente, al igual que podemos reflexionar conceptualmente y cambiar su significado, podemos observar los gestos y las sensaciones corporales reflexionando sobre ello para analizar y resignificar, si fuera necesario, la manera en la que vivimos la experiencia corpórea orientándola a generar bienestar, calma y equilibrio.
¿CÓMO VIVES EN TU CUERPO?
Nuestros cuerpos transportan nuestra historia, lo vivido se refleja en ellos, entonces un cambio de enfoque podría ser cuidarlo en lugar de querer controlarlo. Volver al cuerpo, sentirlo, expresarlo y habitarlo, un acercamiento desde la toma de conciencia, de conectar con el aquí y el ahora. De esta manera podrías acceder a su sabiduría ya que donde tú vas tu cuerpo va contigo, por ello el trabajo de autoconciencia es un camino de acceso a tu propio conocimiento.
VOLVER AL CUERPO, SENTIRLO, EXPRESARLO Y HABITARLO.
El trabajo corporal unido a trabajos de corte verbal acompaña de forma más holística el proceso terapéutico. Esta forma de abordar la majestuosidad del ser, orienta a la persona para que descubra desde adentro que su cuerpo tiene inteligencia, que le habla y puede aprender de ello. Este proceso de reconexión CUERPO – MENTE es un trabajo increíble que contribuye al cambio de paradigma occidental basado en la disociación MENTE –CUERPO, y en cómo nos relacionamos con ello.
ACERCATE A TI CON UNA MIRADA CURIOSA, QUIZÁS PUEDAS ACCEDER A RINCONES MARAVILLOSOS DE TU ESENCIA PARA QUE AFLORE TU POTENCIAL.
La propuesta para recuperar la conexión perdida con el cuerpo que en algún momento tuvimos, aunque fuera en la infancia, es el autodescubrimiento a través de la conciencia, de la respiración, y de la práctica del mindfulness. Se trata de escuchar al cuerpo más que de obedecerlo, de aprender a discernir que nos dice y evaluar qué hacer con ello para proporcionarnos sabiduría orientada al equilibrio físico, mental, emocional y espiritual. Alcanzando estados de calma y paz interior que puede ayudar a ver con mayor claridad y menos ruido mental las situaciones del día a día para tomar decisiones más acordes con tu sentir y tu realidad.
Una cosa es lo que nos pasa y otra lo que hacemos con lo que nos pasa, para ello tomar consciencia nos puede ofrecer la oportunidad de transformar aquello que no queremos en nuestra vida. Dicho de otro modo, descubriremos cómo nos organizamos internamente para entendernos. Para darnos cuenta de este proceso la técnica del mindfulness es muy eficiente ya que te lleva al autoconocimiento mediante la identificación de emociones, pensamientos, recuerdos para después trabajar su procesamiento y evitar que somaticen en el cuerpo generando malestares.
CUERPO – MENTE TERRITORIO PÉRDIDO
Recuperar la conexión perdida con el cuerpo es fundamental para la evolución de la experiencia humana, el cuerpo lo es todo, en el habita la mente, se dan los recuerdos y pensamientos, se sienten las emociones, el dolor y el placer, con el cuerpo nos movemos e interactuamos con las demás personas. Todo pasa a través del cuerpo. Somos cuerpo no tenemos un cuerpo.