
Cero miedo ante este post, lo que quiero transmitir es conocimiento para encargarnos de nuestra salud sexual de un modo consciente e independiente. A veces ser conocedores de cierta información nos coloca en un lugar empoderado para tomar decisiones más saludables.
El objetivo de estas palabras es fomentar una sexualidad libre y segura, sin miedos y prejuicios, y que al terminar de leerlas sintamos seguridad y claridad a la hora de poner límites.
Escuchar la frase “Infecciones de transmisión sexual” suele generar distancia y malestar, y debido a su contenido no es para menos, aunque también podría generar fuerza y seguridad al ser conocedores de la información para nuestra protección a la hora de vivirnos como seres sexuados. Habitualmente es un tema controvertido del que cuesta hablar, más allá de generar malestar, busco compartir conocimiento que nos sirva para mantener un nivel de salud física, mental y emocional más responsable y equilibrado.
Una sexualidad empoderada es información y claridad en las reglas del juego erótico.
Con esta frase quiero decir que si somos conscientes de las circunstancias vamos a tener a nuestro alcance la posibilidad de disfrutar nuestra sexualidad con mayor autonomía y seguridad.
Sin más dilación entramos a hablar de ellas, las ITS (Infecciones de transmisión sexual) pueden manifestar síntomas, no manifestarlos, o producir síntomas que solemos pasar por alto, por lo que a veces no resulta fácil saber si existe infección. Ante la duda una buena solución suele ser realizarse pruebas en tu centro salud, hospital o entidades encargadas de realizarlas, y si eres de las personas que se siente mejor acompañada busca a una persona de confianza para no acudir sola.
Existen diversas estrategias para prevenir las ITS, siendo el uso del preservativo tanto masculino como femenino durante las relaciones sexuales, el que gana en eficiencia porque resulta ser el más eficaz para la prevención, ya que hace de barrera entre fluidos corporales, sangre y la fricción entre genitales. Para prácticas como el fisting (el significado es puño y hace referencia a la práctica sexual donde se introduce un puño por el ano) es importante el uso de guantes de látex asegurándonos de cambiarlos con cada pareja sexual, y el uso de preservativos para el intercambio de dildos (juguetes sexuales).
A modo general existen 3 tipos de infecciones de transmisión sexual, víricas, bacterianas y parasitarias, me voy a centrar en las formas de contagio de cada una de ellas para que podamos cuidarnos y tener acceso a un cuadro general de las mismas, dándose en su mayoría en la actividad sexual. Nombraré prácticas sexuales por cada infección aunque es importante saber que existen otros medios de contagio para algunas de ellas más allá de las relaciones sexuales.
ITS VÍRICAS
Producidas por virus, siendo más complicadas de tratar, ya que no se ven afectados por los antibióticos. Aquí podemos incluir Hepatitis A, B y C, VIH, herpes, virus del papiloma humano (VPH), y los moluscos.
Hepatitis A: transmisión principal a través de las heces, por lo que determinadas prácticas sexuales como el beso negro pueden tener riesgo de transmitirla. Existe vacuna, es gratuita y accesible a través de la seguridad social.
Hepatitis B: se transmite por la sangre, el semen, y los fluido vaginales y rectales. Existe vacuna, se pone en 3 dosis con una distancia de meses entre las diferentes dosis, y suele ponerse en la infancia.
Hepatitis C: se transmite principalmente a través de la sangre y a través de prácticas sexuales con presencia de sangre como el fisting, fisuras anales, intercambio de dildos… Es importante no compartir materiales que puedan estar contaminados por contacto sanguíneo (cepillo de dientes, maquinillas de afeitar…). No existe vacuna desarrollada contra la hepatitis C, por lo que la prevención cobra especial relevancia en este caso. Su tratamiento es con medicamentos antivirales.
VIH: puede transmitirse por ciertos fluidos corporales: secreción vaginal, mucosa anal, semen y sangre, habiendo fluidos que no lo transmiten como: saliva, orina, sudor y mocos. Las principales vías son la sexual a través de prácticas como: sexo vaginal y anal (sin preservativo), oral con eyaculación, sangre en el cunnilingus, compartir juguetes sexuales sin condón o sin lavarlos (pueden contener restos de muscosas y/o sangre), fisting sin guantes. La otra vía principal de transmisión es la sanguínea mediante: jeringuillas o agujas utilizadas en un corto lapso de tiempo con la persona infectada, maquinillas de afeitar utilizándolas en el mismo lapso de tiempo, por ejemplo dos personas que juegan a depilarse al tiempo con la misma maquinilla. Por lo tanto, podemos concretar que la transmisión del virus se da por vías o puertas en el organismo como las heridas y las mucosas. Principal método barrera el uso del preservativo y la precaución con objetos punzantes compartidos.
Herpes: se puede transmitir en las relaciones sexuales con penetración y sin usar preservativo, por rozamiento de la zona donde se tiene el herpes, aunque no haya penetración, y también por la práctica de sexo oral si se tienen lesiones en los labios.
Virus del papiloma humano (VHP): su transmisión es básicamente sexual (sexo anal, vaginal u oral), a partir del contacto con las lesiones. Es una de las ITS más frecuentes actualmente, y existen tanto vacunas hasta cierta edad como un tratamiento para su eliminación.
Moluscos: es una infección vírica de la piel, la transmisión se produce por contacto con piel de personas infectadas o por objetos contaminados que hayan estado en contacto con superficie infectada. Suele curarse solo, pero a veces se desplaza a otra parte del organismo, lo que hace que sea impredecible saber cuándo desaparecerán todas las lesiones. El tratamiento suele emplear curetaje con anestésico.
ITS BACTERIANAS
ITS bacterianas están producidas por bacterias y se tratan con antibióticos. Sus síntomas por lo general son mucho más visibles que las ITS de origen viral, y solemos darnos cuenta de ellas con más facilidad. Encontrándose la gonorrea, clamidia, sífilis, y el linfogranuloma venéreo.
Gonorrea: se transmite por contacto oral, penetración vaginal o anal sin protección cuando entran en contacto tejidos infectados y sus secreciones con tejidos sanos.
Sífilis: es una infección que puede no manifestarse durante un largo periodo de tiempo pudiendo producir daños y afectar diversos órganos si no se trata. Se transmite por contacto sexual (vaginal, anal u oral), siendo también posible a través de la sangre, saliva, semen y flujo vaginal. Tiene tratamiento.
Clamidia: producida por la bacteria Chlamydia trachomatis puede transmitirse a través del sexo vaginal, anal u oro-genital.
Linfogranuloma Venéreo LGV: su transmisión puede ocurrir por contacto de la musosa de una persona sana con una mucosa infectada (ano, recto, vagina, boca, garganta) o con fluidos infectados (semen, líquido pre-seminal, fluido vaginal, secreciones del pene o de la mucosa anal). También puede ser transmitido a través de juquetes sexuales no desinfectados, siendo más común entre hombres que tienen relaciones con otros hombres.
ITS PARASITARIAS
ITS parasitarias están producidas por otros agentes y microorganismos siendo los más comunes la tricomoniasis, la sarna, y las ladillas.
Tricomoniasis: causada por un parásito que se transmite por contacto sexual, el Trichomonas Vaginalis, pudiendo afectar tanto a personas con pene como a personas con vagina. Se trata con antibióticos.
Sarna: provocada por un ácaro microscópico puede extenderse rápidamente en lugares donde hay mucha gente y hay mucho contacto con la piel de otras personas, también al compartir la ropa. Las mascotas no lo transmiten ya que estas tienen otro tipo de sarna llamada sarna animal. Tratamiento con lociones y una higiene especial en la ropa y prendas de hogar.
Ladillas: insecto pequeño que puede residir en el área genital de las personas, en el vello de las piernas, bigote, barba, cejas o pestañas. Son fácilmente transmisibles a través el contacto sexual o el simple roce con una zona infectada. Se suele tratar con lociones y se recomienda lavar con agua caliente las prendas de ropa.
Realizarse exámenes periódicos sobre ITS es una practica de autocuidado para estar al corriente de nuestro estado de salud sexual. Ya os comentaba al inicio del post que hay ITS que pueden no manifestar síntomas, o solemos pasarlos por alto, y esto es peligroso ya que la infección avanza sin darnos cuenta, y en muchas ocasiones si atendemos la situación a tiempo mejora el proceso, incluso dependiendo de la ITS hasta su eliminación total.
Otra de las acciones a llevar a cabo para atender nuestra salud sexual es la autoexploración, más allá de alertarnos, es una buena práctica observarse y palparse la zona genital y anal, tanto para familiarizarnos con nuestra anatomía como para observar si se dan cambios, aparecen verrugas o cualquier signo que nos haga solicitar la atención de un profesional para su estudio. Tomaros estas acciones como prácticas de autocuidado para atenderse a una misma con la mayor calidad que nos podamos ofrecer.
Basándome en mi experiencia de asesoramiento y acompañamiento con personas que han pasado por alguna ITS, quiero compartir que en su mayoría transmiten que uno de sus mayores miedos son: sentirse rechazadas por la sociedad; seguido del propio autorechazo; cómo gestionarlo; y normalmente la infección que es el detonante de la situación queda en último puesto de la lista de cosas que les preocupan.
Tranquilas es natural, sobre todo porque cada persona tiene el derecho a sentirse y expresarse como quiera, lo importante es pensar que no estamos solas, seguramente haya alguna persona de tu entorno en la que puedes confiar para pedirle que te acompañe en tu proceso, tu pareja o algún familiar, inclusive un profesional como una psicóloga, sexóloga, lo importante es que sepas que tienes opciones y no estás sola.
Practiquemos el autocuidado sexual como prevención, pero si sospechamos que hemos tenido un contacto de riesgo acudir a un centro para haceros las pruebas, tu salud es lo más importante. Y sobre todo recordad, no estamos solas, siempre habrá alguna opción a la que recurrir para tratar la situación.
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